22.10.08

desafortunadamente, las profesoras no eran inteligentes

alguno pensará que he tardado demasiado en llegar a esta conclusión, lo cierto es que nunca había pensando en ello.

había cemento únicamente en un área de no más de 100m2. hacia los lados habían colocado una serie de casitas prefabricadas con techos de calamina. ahí se impartían las clases, hasta que estuviera construido el edificio nuevo.

de alguna manera, la precariedad me ha perseguido (o quizá yo la he ido buscando) durante toda mi vida. despertarme esta mañana en este pueblo, es, en parte, prueba de ello. dentro de las casitas prefabricadas (aulas) había una pizarra, un escritorio para la profesora, un armario para la profesora, un par de repisas y dos hileras de 4 mesas de metro y medio a cada lado y, por supuesto, las sillas. las mesas y las sillas estaban pintadas de amarillo.

recibir mis primeras lecciones escolares en un lugar como ese tiene algo de nostalgia barata. para mí era como un juego, un juego con una serie de normas que debía obedecer y eso no me costaba mucho. las aulas eran una versión amplificada de una casita de muñecas y los 100m2 de cemento eran una pequeña isla en medio de todo el terreno que el colegio algún día ocuparía. había zonas prohibidas. había escondites. había mucha maleza y personajes extraños que vivían en el terreno. usufructos.

una vez vino a visitarnos al aula la directora de la escuela. Ms E. había mucha emoción, pues era la única verdadera inglesa del colegio británico o con intenciones británicas. yo, siendo terriblemente entusiasta a los 6 o 7 años, estaba correctamente uniformada, con una sonrisa invencible. así que Ms E. entró a la clase, nos saludó en inglés y supongo que rápidamente se percató de aquella niña de pelo marrón, posiblemente con una o dos colas y con el felquillo mal cortado, que no para de mirarla y sonreir. así que me llamó al frente, me preguntó mi nombre (evidentemente, todo esto fue en inglés) y me pidió que escribiera en la pizarra y pronunciara las vocales. a e i o u. very well done, little girl. y yo, además de ruborizada, estaba viviendo mi gloria. gloria que al cabo de poco tiempo sería destruida por mis compañeras macarras que se empecinaban sin cesar en romperle las alas a mis castillos voladores. y que razón tenían de renegar.

así continué, siendo entusiasta, sacando las mejores notas y siempre respetando, admirando y a veces temiendo a las profesoras - que eran todas mujeres en un colegio de mujeres only. al cabo de varios años, cuando yo ya había salido, decidieron, por motivos económicos, abrir vacantes para chicos. disfrutaba haciendo los deberes, aunque no me gustaba leer - lo que me fascinaba era inventar hisotrias, siempre tenía tiempo para ello. la verborrea infantil. infanticidio. hasta que un día se llevaron mi globo rojo y lo rompieron. me arrodillaron y me dieron un puñetazo en la boca. dejaron el puño bien dentro y lo movieron en ambas direcciones como si estuvieran dibujando círculos. perdí casi toda mi dentadura. con la sangre que salía a borbotones, humedecieron mi esfinter y me sodomizaron. pensé que estaba en una película de Pasolini y me quedé más tranquila.

a las profesoras sobre todo les gustaba hablar de sí mismas, aunque algunas eran bastante más reservadas. les gustaba también, sobre todo cuando estábamos en primaria, estar todo el día vomitando amor. había muchas profesoras que no tenían respuestas a preguntas extracurriculares y ante tales situaciones, fruncían el ceño y volvían a repetir la lección delieando bien los límites del conocimiento limitado que nos impartían. algunas profesoras intimidaban porque eran muy muy feas o porque se la pasaban todo el día gritando y hablando de dios y sus inminentes castigos. no recuerdo a ninguna profesora que intimidara por su inteligencia - aunque algunas sí por su memoria, pero aquello se debe más a la práctica deliberada que a otra cosa. es casuístico.

así que al cabo de un tiempo, las profesoras se caen de los pilares y poco a poco se van cayendo todos y entonces sólo quedan los pilares y éstos también caen, que a veces es como decir que el arte cae. y luego ya nada se erige sobre pedestales. sólo quedan las palabras. la contextualidad de la semántica. las reducciones de la semiótica. y sin eso, estás jodido. estoy. resulta que las profesoras nunca supieron pronunciar palabras auténticas, sólo repetían una y otra vez, leyendo en voz alta, la lección bajo las calaminas húmedas, deseando estar en el nuevo edificio y cuando estuvieron ahí, sólo deseaban volver a la fragilidad de los materiales prefabricados, donde no se sentían subalternos, donde pensaban que eran libres de impartir lecciones à la disneyland. se acabó todo. echaron abajo sus aulas prefabricadas, coloridas, tan suyas. sólo quedó el islote concreto, que más adelante se convirtió en un campo polideportivo, que en realidad más parecía un cuadro de Kandinsky o de Miro o en última instancia de Pollock. Muchas líneas de colores. Un universo contenido por el universo. Y luego comenzaron una nueva construcción y luego otra más.

Platón, en uno de los libros de la República, escribe sobre la importancia de erradicar la posibilidad de que las madres y nodrizas infecten a los niños con sus historias.

5.3. Sociedad y política: la educación y el gobierno en la República

La educación y el gobierno en la República

La educación en la República correrá a cargo del Estado, en ningún caso a cargo de las familias, para evitar las influencias negativas que suponen las narraciones que las madres y las nodrizas cuentan a los niños pequeños.

La misma regla se debe aplicar a la escuela, pero de qué manera hacerlo sin que se presente como una acción misoginista? Hasta dónde se puede controlar esta situación? es una situación, acaso, propia de países con sociedades todavía demasiado machistas? Hasta cierto punto, puedo considerar que una narración de ese tipo puede tener un efecto positivo, productivo, aunque es cierto que si la fuente de conocimiento es únicamente esa, puede tener resultados nefastos. El tema del conocimiento es complejo. No se trata de los contenido que se imparten. No estoy a favor de una educación que cumple con los requisitos de la modernindad occidental, dde los grandes éxitos de oeste en los que consiste el intelecto.

Se trata de la manera en que se enseña al niño(a) a pensar, en las pequeñas fracturas que sufren sus ídolos, en la cadencia desde la que se constituye el yo y el colectivo. la poca prudencia con el lenguaje y la ferocidad por comunicar.

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